Las vacaciones del consultor

Es inevitable que después de trabajar todo el año como especialista de medio ambiente y prevención de riesgos laborales, y de querer también disfrutar de unas merecidas vacaciones, los consultores EHS opten por disfrutar éstas en circunstancias y alternativas limpias, no contaminantes y seguras en espacios de alto valor ecológico y natural.

Sin embargo, después de esta elección inicial, nuestra deformación profesional nos obliga a evaluar a lo largo de todo el periodo vacacional las condiciones de los destinos, los alojamientos, los medios de transporte y bueno, todo, todo, absolutamente todo. Así es como pasamos a sentir, en nuestras propias carnes, las evidencias del cambio climático: antes, a partir del 15 de agosto, por la Virgen, el tiempo empezaba a empeorar, pero ahora seguimos como en pleno julio, muertos de calor.

Cuando volvemos a las queridas playas donde pasamos nuestra niñez, vemos que todo ha sido invadido por cientos de edificios y alojamientos turísticos, tiendas de souvenirs de colchoneta inflable, cubo y pala, crema solar y sombrilla, fruto de un desarrollismo desenfrenado y de mal gusto, y entonces también sufrimos por la pérdida de la naturalidad del paisaje y por la degradación de los hábitats próximos.

Al disfrutar de los baños de mar o de la maravilla de los balnearios y las estaciones termales nos damos cuenta de la total necesidad de mantener la buena calidad de las aguas como recurso fundamental para poder tener una vida sana. En los hoteles nos quejamos porque no hacen suficiente por el medio ambiente, tal vez si lo de no tire la toalla al suelo si quiere utilizarla más de una vez, las alcachofas de ducha de bajo consumo y los detectores de luz en los pasillos, pero NO hacen recogida separativa de los residuos, ¡por Dios!

Si cogemos el avión para ir a las islas o cruzar el charco nos hacemos cruces por no haber elegido un destino al que poder ir en tren, o mejor a pie, y así contaminar menos.

Durante nuestras lecturas de periódico, a la sombra del chiringuito de turno, reflexionamos sobre el camino positivo hacia una economía circular y sostenible, mientras que a la vez nos aterra la irresponsable política anti ambiental de Trump y sus potenciales terribles efectos….El trino de una curruca cabecinegra nos rescata y nos vuelve a llevar de nuevo al disfrute veraniego y al plácido descanso.

 

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